Costa de Almería. Parque Natural Cabo de Gata-Níjar (1/2)

Este verano pasado tuve la oportunidad de visitar una zona de España espectacular, con una costa muy brava y bella a la vez donde las haya. Se trata del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, una zona de la provincia de Almería preciosa, salvaje y bellísima. Estuve disfrutando durante 3 días (una escapada) de lugares como la Playa de los Muertos, la bella ciudad costera de Carboneras, Agua Amarga, San José, etc...

Cabe destacar la gastronomía y lo barato que es comer por la zona, y cuando mezclamos comida más costa en España, el resultado suele ser excelente.



Por eso mismo, para que esta ecuación siga resultando excelente, debemos proteger nuestros océanos y nuestras costas. Es indispensable que todos tomemos conciencia de que el océano no es un vertedero. Al contrario, es el lugar en el que surgió la vida, es el vientre de la vida, donde se cocinó ese maravilloso milagro que somos todos y cada uno de nosotros.

Pero como ya podéis imaginar, volvimos a encontrar plásticos. Es imposible ir a una playa y no acabar rodeado de plásticos en el agua o pisando algún resto en la arena de la playa.


Una verdadera pena, porque en unas playas tan salvajes da verdadera vergüenza tener que encontrar desde aparejos de pesca, tapones, pinzas, trozos de tubería... hasta botes de medicamentos!!

Debemos cambiar el chip y pensar qué es lo que queremos dejar a nuestros hijos, a nuestros nietos, a las generaciones venideras. Alguien dijo alguna vez que "si todos intentáramos dejar el mundo mejor de cómo lo encontramos, el mundo sería un lugar maravilloso para vivir". Me parece una frase cojonuda, y perdonen la expresión.
Mientras escribo estas líneas veo que quieren multar a Greenpeace con 350.000€ y hasta penas de cárcel de 3 años para sus activistas que intentaron defender el mar de las Islas Canarias de las prospecciones petrolíferas de la conjunción "Estado + Repsol". Y ello me indigna profundamente. El país europeo con mayor potencial en energías renovables...y seguimos apostando por quemar de manera poco eficiente los restos de animales y plantas muertos hace millones de años convertidos, para algunos, en lo que llaman oro negro. Estúpidos.



Pero bueno, la mejor forma de protestar es mostrar las evidencias, sólo deseo que a aquellos que defienden las prospecciones y un modelo energético absolutamente obsoleto y ladrón, les toque algún día en un restaurante comer bacalado al gasoil o atún con las tripas llenas de trozos de bolsas de plástico.

Aquí las fotos de la vergüenza (tomadas en la Playa del Algarrobico, Almería):


Red de pesca arrastrada por la marea hasta la costa.

Esto sí que es increíble. Bote de medicamentos arrastrado por la marea.

Restos de una bolsa de plástico.

Restos de una pinza para tender la ropa.

Lo que se ha convertido ya en un objeto típico: tapón de botella.


En un par de días volveremos con la segunda parte de este post, con fotos aún más lamentables que éstas si cabe. Os va a sorprender.

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